Scott, Joan W. “El mundo del trabajo a través de las estadísticas. La ‘Estadística de la industria en París (1847-1848)’”. En Género e historia, 148-178. México D.F.: FCE, UACM, 2012 [fecha original de la obra: 1986].
I. EL MUNDO DEL TRABAJO A TRAVÉS DE LAS ESTADÍSTICAS. La "Estadística de Ia industria en París (1847-1848)”
Inicio del capítulo
Las encuestas públicas y privadas seguían proliferando entre los años de 1830- 1848 porque tanto los conservadores como los reformadores sociales afines a ellos recogieron pruebas para fundamentar sus respectivas posiciones. Este enfoque se guiaba por las ideas de la Ilustración acerca del poder de la ciencia objetiva.
En cierto sentido, hemos aceptado su valor y hemos perpetuado los términos del debate del siglo XIX según el cual las cifras son, en cierto modo, más puras y menos susceptibles a las influencias subjetivas que otras fuentes de información.
Este procedimiento tiene, al menos, tres resultados: supone posible dividir un problema indivisible o integral, el de la naturaleza de la realidad y su representación; niega los aspectos políticos inherentes a la representación; y simplemente subutiliza las fuentes.
No objeta su utilidad sino que argumenta en favor de una lectura de los informes estadísticos que problematice y contextualice sus propias categorías y sus conclusiones; en otras palabras, estoy por acabar con la separación existente entre los informes estadísticos y otros tipos de textos históricos.
En su análisis concluye que la Estadística se servía de las estadísticas y de la ciencia para legitimar su propio argumento político.
I.
La Cámara de Comercio empezó a trabajar en la Estadística de la industria en la segunda mitad de 1848, en una atmósfera cargada de tensión social. Había habido una Revolución en febrero de 1848, en la cual sus líderes lucharon por el establecimiento de una república.
Los "nuevos bárbaros" eran los obreros parisinos que habían tomado las calles para protestar por el cierre de los talleres nacionales, patrocinados por el gobierno, con el fin de proporcionar ayuda a los desempleados.
Exponerlos a la "realidad" restauraría el sentido perdido de equilibrio. Había que demostrarles a los obreros que su condición no era lamentable, que la industria no había generado necesariamente la pobreza, al contrario, que los esfuerzos personales de los inteligentes y laboriosos habían redundado en el progreso individual y en las mejoras colectivas.
Bajo el velo de la objetividad, la Estadística pretende decir la última palabra en una serie de debates políticos que duraban desde hacía mucho tiempo, los cuales se planteaban como evaluar los efectos del capitalismo industrial en las vidas de los obreros franceses.
El doctor Louis Rene Villerme, de la Academie des Sciences Morales et Politiques (Academia de Ciencias Morales y Políticas), en un estudio de 1840, identificó tres "prácticas perniciosas" como causas del desorden social. Estas eran la mezcla de los sexos en las fábricas, que conducía a la corrupción moral; el largo dia de trabajo de los obreros niños, que destruía su salud; y la práctica de algunos empresarios que consistía en dar avances sobre el salario a sus obreros, a modo de préstamo, lo cual los llevaba a la imprevisión y a la pobreza. La cuestion clave, en la mayoria de estos tratados, consistia en argumentar en pro de la reforma de la Ley de 1841 sobre el trabajo infantil -la filantropia, los bancos de ahorro, la educación, la sanidad doméstica o la legislación protectora- que limitaba a diez el número de horas de trabajo de los niños en las grandes fábricas.
En mayo de 1848, una investigación sobre el trabajo -una demanda radical bajo la Monarquía de Julio- se convirtió en una táctica conservadora para debilitar el prestigio del gobierno y, en consecuencia, negar influencia política a los intereses de los trabajadores
Sus 29 preguntas estaban enfocadas casi exclusivamente hacia las condiciones de trabajo y las vidas de los trabajadores en 1848. No había preguntas sobre las fuentes del capital de los fabricantes, sobre la organización de la producción, las ganancias del oficio o el valor de la actividad comercial. El Comité trabajó despacio en un principio, pero después de Los Días de Junio sus miembros abandonaron la encuesta por completo.
La Estadística presentó un plan de reconstrucción económica y una forma de demostrar a los asustados inversores que la confusión de los meses anteriores fue una aberración, algo no característico de la organización básica ni de las relaciones en la economía parisina. El formato del informe conllevaba un sentido de estabilidad y control.
El término Industrie denotaba tanto una actividad empresarial como cualquier actividad productiva. En realidad, los autores del informe definieron y justificaron escrupulosamente su descripción del mundo del trabajo como un mundo de empresarios. La solución consistía en definirlos como jefes de negocios, por muy pequeño que fuera su negocio.
Las definiciones de la Estadística negaron la identificación de clase.
No había ningún tipo de conflicto en estas descripciones. El conflicto era descrito como un aspecto no natural de los reajustes del sistema, y sus causas eran ajenas a este. La economía de París era un mundo lleno de petites entreprises (pequeñas empresas). Los autores señalan con orgullo el arte, la ingenuidad y la competencia de estos industriels (industriales). La Estadística apelaba a la ciencia de la economía política, que además de ser su guía teórica y metodológica, era una garantía de verdad y precisión.
II.
La Cámara tenía, por su conformación e ideología, gran influencia de la escuela liberal francesa. La Estadística era un ingrediente de la contienda contra el socialismo.
La Estadística, por la forma en que presentaba la información, formulaba, pero no reconocía, una serie de interpretaciones alternativas a la mala situación de los trabajadores. Dichas interpretaciones eran descartadas mediante la simple afirmación de los axiomas de la economía política, que postulaban que necesariamente si había más empresarios había mejoría económica, por eso los problemas deberían estar en otro lado.
Las otras causas tenían que ver fundamentalmente con la familia, la organización "natural" en la que vivía la gente.
Por ejemplo, los salarios de los hombres eran más altos que los de las mujeres, porque los de éstas eran complementarias a los de los hombres. Pero si estaban solas tenían dificultades, pero era por estar solas. Si estuvieran casadas no tendrían ese problema, ergo, la familia es el eje.
El problema era más bien que demasiadas mujeres tenían la desgracia de vivir fuera de su marco natural -la familia- el cual era, en realidad, el único contexto económicamente viable para todos los trabajadores, tanto mujeres como hombres.
Esta interpretación disolvía la línea de separación entre la familia y el lugar de trabajo; el arden de uno construía el arden de la otra, conduciendo a una mejora (personal) del trabajador y este se convertía en empresario.
Inclusive se alababa la relación y supervisión patronal, porque en ausencia de ella, el informe decía que estos trabajadores, al no tener patrones que cuidaran de ellos ni padres que los formaran y supervisaran, tenían una inclinación a la mala conducta, a la promiscuidad y, en el caso de las mujeres, a la prostitución.
Así, los defensores del libre comercio y de la libertad individual hacían caso de la disciplina y del control. Pero a diferencia de los socialistas, a quienes atacaron por querer regular la economía, Horace Say y sus colaboradores no pretendían imponer leyes artificiales sobre lo que ellos denominaban los fenómenos naturales. En vez de eso, atribuían una función reguladora natural a la familia, cuya existencia y bienestar debían ser promovidos por el Estado.
III.
La Estadística también presentaba un argumento político, bajo la forma velada de una discusión sobre el desorden sexual. El argumento se basaba en la invocación de una "realidad" peligrosa y desordenada que entraba en competencia y amenazaba a la realidad que los autores aprobaban. La introducción de la "realidad" segunda y antitética dejaba clara la necesidad de aceptar el anteproyecto económico de los autores. Para nosotros, esta también cuestiona el estatus del documento como descripción científica objetiva.
Según el informe, podían encontrarse hombres y mujeres tanto en las categorías buenas como en las malas, y a menudo presentaban rasgos similares en los mismos oficios. Y aun en su retrato de la familia y de la moralidad, los autores trataban los temas de la sexualidad no controlada de las mujeres, utilizando la imagen de la prostituta para conjurar las visiones de un mundo (de una clase obrera) peligroso y fuera de control.
Como una mujer, una patrona (mujer) responsable se hace cargo de sus jóvenes empleadas y protege a aquellas que tienen reputación o hábitos de "virtud ligera". Las mujeres casadas que están a la cabeza de una empresa (cosiendo vestidos o vendiendo comida) en su ámbito familiar tenían dotes de mando y aptitudes comerciales. Como trabajadoras, incluso eran más fiables cuando estaban casadas, por haber aceptado, bajo el poder y protección del marido "la ley natural" de su propia dependencia.
Las mujeres que vivían fuera de la familia vivían fuera de la ley, y esto acarreaba peores consecuencias para algunas más que para otras.
La palabra "dudosa" (douteuse) recurría a referencias sobre la conducta de las obreras solteras; y no sólo implicaba un juicio negativo acerca del comportamiento dudoso de estas, sino también un sentido de duplicidad y engaño. Los investigadores no podían estar nunca seguros de lo que estas mujeres hacían realmente; las apariencias podían ser imprecisas y los títulos que designaban las ocupaciones podían ser un ardid.
IV.
En los años que siguieron al diseño y publicación de la Estadística, las tenaces leyes de censura del Segundo Imperio y los cuidadosos informantes de la policía previnieron de la aparición de otras versiones alternativas de la realidad del mundo laboral.
Es mediante los términos políticos de poder y conocimiento como mejor podemos evaluar, los usos de la Estadística de la industria de 1847-1848 para la investigación histórica. Cuando los usos administrativos y polémicos de la Estadística hubieron pasado de moda, los historiadores que buscaban datos irreprochables tomaron el informe por su valor nominal y lo incorporaron a su documentación sin cuestionarse sus categorías ni interpretaciones.