lunes, 24 de marzo de 2025

Estructura y proceso

Gaddis, John L. “Estructura y proceso.” En El paisaje de la historia, 59-79. Barcelona: Anagrama, 2002.


El paisaje histórico es inaccesible. Es como un experimento al que no llega a ver pero sabe por referencias, y quedan algunos residuos (Bloch).

El tiempo y el espacio proporcionan el campo en el que la historia sucede, la estructura y el proceso proporcionan el mecanismo.
Para los geólogos, por tanto, la distinción entre estructura y proceso corresponde a la distinción entre presente, en el que las estructuras existen, y pasado, en el que los procesos les dieron origen. ¿Es así también para los historiadores? Ésta es la cuestión que quisiera explorar aquí.

¿La Historia es ciencia? La respuesta no es sencilla.

La ciencia tiene una cualidad que la privilegia respecto de todos los otros modos de investigación: la de haber mostrado más capacidad que los demás para producir acuerdo sobre la validez de los resultados en diferentes culturas, en distintas lenguas y entre observadores muy dispares. 

Marc Bloch veía en la ciencia un modelo para los historiadores, pero no porque creyera que los historiadores se estaban haciendo, o debían hacerse, más científicos sino porque veía que los científicos se hacían más históricos.

Al descubrir que lo que existe en el presente no ha existido siempre en el pasado, que los objetos y los organismos evolucionan a través del tiempo, en lugar de permanecer siempre exactamente iguales, los científicos comenzaron a derivar estructuras a partir de procesos: en resumen, habían introducido la historia en la ciencia.

En ciencia, la clave del consenso es la reproductividad: se espera que las observaciones realizadas en condiciones equivalentes, con independencia de quien las lleve a cabo, produzcan resultados aproximadamente correspondientes. Desde este punto de vista, como es obvio, el método histórico nunca puede aproximarse al científico.

Pero no todas las ciencias funcionan de esta manera. En otras la reproductibilidad significa construcción del consenso de que esas correspondencias son verosímiles. En esto es en lo que coinciden aproximadamente el método de los historiadores y el de los científicos, al menos el de los científicos para quienes es imposible la reproducción en el laboratorio. Pues los historiadores también comienzan con estructuras supervivientes, ya sea en archivos, en artefactos o incluso en recuerdos. Luego deducen los procesos que las produjeron. 

Inicia con una estructura superviviente y a través de experimentos mentales, busca deducir los procesos que han dado origen a esa estructura: replicabilidad virtual.

Por tanto, en la historia, como en la ciencia, la imaginación debe estar limitada y disciplinada por las fuentes, y esto es precisamente lo que la diferencia de las artes y todos los otros métodos de representación de la realidad.

Para lograr su objetivo también hay una particular secuencia de procedimientos a seguir.

Primero conexión con la realidad, luego comparar la evidencia con lo que se sabe (y lo que se imagina) para hacer representaciones (redefinir el problema y cambiar de dirección) y luego persuadir de ellas con pares que verificarán si hay una adaptación adecuada entre teoría y experimento.

Se ha vuelto a poner de moda el término consiliencia: coincidencias inesperadas de resultados a los que se llega a partir de aspectos muy distantes de un mismo tema (William  Whewell). Una visión holística y universal. El autor propone más bien un término de adaptación recíproca.

Recomienda a los historiadores justificar mejor su existencia, legitimarse como forma de conocimiento, defender sus métodos. La inocencia metodológica lleva a la vulnerabilidad metodológica. No estamos siendo científicos cuando nos resistimos a jerarquizar las causas y rechazamos el uso de una jerga específica. Defensa: no todos los científicos jerarquizan causas.

 


domingo, 23 de marzo de 2025

Las civilizaciones antiguas de Mesopotamia

Foster, Benjamin y Karen Polinger Foster. Las civilizaciones antiguas de Mesopotamia, pp. 7-93.


EL INICIO


La civilización que surgió donde hoy es Irak se formó geológicamente al final del Plioceno e inicios de Pleistoceno, afectada por calentamiento y enfriamiento climático.



PLIOCENO

El Plioceno es una división de la escala del tiempo geológico que se extiende desde hace los 5 millones de años hasta los 2,5 millones de años aproximadamente. Su nombre proviene de las palabras griegas pleion, ‘más’, y xeno, ‘nuevo’, y hace referencia a la proliferación de la fauna moderna, esencialmente, mamíferos. El clima del Plioceno pasó de cálido a frío con estaciones marcadas hacia el final del mismo, lo que continuó con el descenso de la temperatura durante el Pleistoceno. En el Plioceno se formó el itsmo de Panamá que separó los océanos Atlántico y Pacífico, y cortó las corrientes cálidas ecuatoriales. A consecuencia de esto, ambos océanos se enfriaron, en especial, las aguas árticas y antárticas. El clima más frío y seco redujo las plantas tropicales a una estrecha franja ecuatorial, mientras que al tener la Tierra estaciones muy marcadas, aumentaron los árboles de hoja caduca. La fauna continental y marina eran esencialmente modernas, a pesar de que la fauna continental tenía un aspecto algo más primitivo que la actual. El primer homínido reconocible, el Australopithecus,  apareció en África en esta época y surgieron, además, otras especies de homínidos, como el Homo habilis y el Homo erectus, que se consideran antepasados directos del Homo sapiens.


PLEISTOCENO

El Pleistoceno es una división de la escala del tiempo geológico que se extiende desde los 2,6 millones de años hasta los 11.700 años aproximadamente. Su nombre proviene de las palabras griegas pleistos, ‘lo más’, y kainos, ‘nuevo’, y hace referencia a las apariciones de la fauna más moderna. Esta época se caracterizó por la ocurrencia de una serie de glaciaciones, al menos 5, intercaladas con épocas un poco más cálidas, por lo que es conocida como la “edad del hielo”. Se cree que al menos el 30% de la superficie del planeta estuvo cubierta por los hielos glaciares y, debido a la escasez de lluvias y a la acumulación del agua en los hielos polares y en el resto del planeta, los mares descendieron al menos unos 100 m por debajo del nivel que tienen hoy. Para esta época los continentes ya se encontraban en su posición actual. El Pleistoceno fue la primera época en que apareció el Homo sapiens y, para el final de ella, los humanos ya se habían expandido por todo el planeta, aprovechando los puentes terrestres y de hielo dejados por las glaciaciones y el bajo nivel del mar. La megafauna y el predominio de los mamíferos son característicos de esta época. Sin embargo, el mamut, el mastodonte, el oso de las cavernas, el tigre dientes de sable y otros grandes mamíferos que vivieron en este tiempo se extinguieron hacia el final del mismo, principalmente, en Norteamérica y Sudamérica (73% de los grandes mamíferos y 80% de los géneros de mamíferos respectivamente).



Dependiente de los dos ríos principales, el Tigris y el Éufrates.



Hace unos 10.000 años hubo, luego de un frío seco, un período cálido y húmedo que formó su apariencia desértica y de llanuras aluviales.

Se le llamó al sur Shinar, Sumer o Kengir y al norte Wari luego Akkad. En 1700 a. C. se unen y forman Babilonia. Luego se denominó el sur Caldea y el norte Asiria. Y desde la invasión musulmana de 637 se llama Irak. Durante el siglo XX se le llamó a toda la región Mesopotamia, aunque algunos la usan para referirse a ella antes de la invasión musulmana, y luego la llaman Irak.

Dado que una de las formas más comunes de referir a las civilizaciones es su tecnología, podemos dividir según la tecnología usada. El Paleolítico coincide con el Pleistoceno y del Mesolítico en adelante con el Holoceno. 

Hace unos 8.000-10.000 años se inició la revolución del Neolítico y la domesticación de plantas y animales. Hay evidencia de cómo se produjo pero no hay tanta para explicar por qué se produjo. El éxito agrícola generó crecimiento de la población y poblaciones con algunas docenas de casas. Algunas pocas con algún significado religioso. Se utilizaron nuevos materiales como la obsidiana (de Turquía) y la cerámica (arcilla cocida) y la cultura material en Ubaid encuentra herramientas simples y vasijas.

Aparte de la agricultura, una segunda transición fue el descenso de los agricultores de las estribaciones (grupo de pequeñas montañas que derivan de un sistema orográfico mayor, dígase cordillera o sierra) a las llanuras, incrementando pastoreo, mayores necesidades de irrigación y modificando de forma importante el entorno, todo esto desde 5.900 a 4.300 a.C.

En los poblados se observa una naciente jerarquía.


LA CUNA DE LA CIVILIZACIÓN

No hay una ruptura visible entre Ubaid y la gran Uruk (10 km de murallas), pero la tradición literaria lo refiere como súbita. Cerca de 3.600 a.C. se construyen grandes edificaciones.


Los dioses Mesopotámicos eran similares a los humanos con sus defectos y deseos, algunos muy implicados en los asuntos humanos, otros más alejados.
En general durante la segunda mitad del cuarto milenio a.C., se desarrollaron varios asentamientos jerarquizados y dependientes de Uruk. Hay teorías sobre su origen, como la necesidad de controlar recursos o territorio. Hay vestigios de la cultura de Uruk en Turquía y Siria.

Uruk impuso una estética que perduró en el arte de pueblos siguientes: Cabeza de Uruk (primera representación de una mujer), Vaso de Uruk (vaso de Warka) y sellos cilíndricos. 

La teoría económica y social sugiere que los excedentes generaron posibilidades de riqueza, poder y prestigio, lo que contribuyó al modelado de las sociedades, apoyado por herramientas ideológicas. No fue a pura fuerza.

La invención de la escritura fue de los logros más sorprendentes de Uruk. Su técnica cuneiforme perduró por 3.000 años. Parece haber sido desarrollado expresamente para representar la lengua hablada. Como antecedente había cantidades en sobre de arcilla (con sellos cilíndricos para denotar su origen), pero no eran números fijos pues un mismo símbolo podía representar diferentes cantidades según el objeto.

Sin embargo, aún con todos estos avances, los posteriores Sumerios tenían información escasa sobre Uruk.


LAS PRIMERAS CIUDADES ESTADO

Hacia finales del cuarto milenio, Uruk dejó un vacío cultural. Se llenaría con otras formas locales. Ciudades que constituían una liga o federación. Ur (sede del santuario del dios de la Luna - Nanna) y Shuruppak eran parte de ella, al igual que Kesh, santuario de la diosa del nacimiento. Mucho orden en las parcelas para regadío. En el tercer milenio a.C., Tumbas Reales revelaron contactos internacionales. Acostumbraron entierros masivos, el poderoso y toda su familia y corte, como sucedió con Gilgamesh. Entierros con joyas, instrumentos musicales y otros elementos de cultura material con elementos de muchos lugares.

Según la Lista de Reyes sumerios, fue un don de los dioses, empezando con Etana de Kish (norte de Sumer). Hay una sección antes de que el diluvio arrasase (ver https://es.wikipedia.org/wiki/Utnapishtim y la historia de Atrahasis).

En Shuruppak, miembro de la liga y encabezada por el rey de Kish, había actividades intelectuales, administrativas y comerciales. Añadieron sus propias palabras al idioma sumerio escrito. Se han recuperado tablillas e impresiones de sellos. Una red de funcionarios y comerciantes de unas 20.000 personas. Hacia 2.400 a.C. hubo una invasión y fue reducida a cenizas.

En los años siguientes Lagash y Umma liberadas de su vínculo con la liga kishita combatieron por tierras. La Estela de los Buitres (por la imagen de buitres sobre los cuerpos de muertos) conmemora la victoria de Eannatum, gobernante de Lagash sobre Umma.

Lagash siguió prosperando, con el arado sembrador que tenía un embudo encima del que caían semillas con regularidad y precisión, como relatan los manuales.

Dilmun (tal vez Bahrein) era un centro mercantil para intercambiar grano, lana, tejidos, plata, resinas por cobre y estaño, componentes esenciales del bronce para armas y herramientas. Textos sobre las preocupaciones y logros de los gobernantes de Lagash permite conocer mejor la época, así como unos 1200 archivos administrativos. Uruinimgina (o Urukagina) adoptó el título de Rey en 2350 a.C., que no se solía usar, instituyó nuevo orden en el que dioses eran primordiales, pero fracasó y debió retractarse de algunas medidas.

Lugalzagesi, dirigente de Umma alimentó la ambición de los reyes sumerios de gobernar todo Sumer como un único territorio.

Enlil era un dios irascible, y molesto por discusiones envió plagas e instauró el celibato. Enki, dios de la sabiduría ayuda a Atrahasis a evitar desastres. En epopeya de Gilgamesh dice:


REYES DE LAS CUATRO PARTES DEL MUNDO

A pesar de las conquistas de Lugalzagesi, la unificación vendría de un nuevo orden impuesto por Sargón, procedente de Akkad, cerca de 2279 a.C.

Leyenda cuenta que fue abandonado en un cesto a la deriva en el Eufrates. hay otras historias similares y otras historias explican el ascenso de Sargón. Proveniente del norte, conquistó muchas tierras con su gran ejército, llamado victorioso en treinta y cuatro batallas, avanzó a Irán y Turquía. Reconstruyó Kish pero se estableció en Agadé (ubicación aún desconocida). Nombró a su hija Enheduanna sacerdotisa de la luna en Ur. Ella escribió himnos y un poema autobiográfico.

Con motivo de la sucesión de su hijo Rimush hubo revueltas y éste fue asesinado en 2270 a.C. Sucedido por su hermano Manishtusu quien aumentó su territorio y se estableció en Lagash, que prosperaba de nuevo. 

En el año treinta y siete, Naram-Sin, su hijo, se convirtió en símbolo de grandeza por los siguientes dos mil años. Hizo reformas administrativas importantes, evolucionó la escritura, y se dieron las expresiones pictóricas más bellas de los acadios. Llevaba un casco con cuernos que simbolizaba que había asumido con los honores de los dioses, quienes autorizaron la veneración del líder, al que a veces se refería como “dios de Agadé”.

Rompe con la tradición de que la nobleza descendía del cielo y asciende al cielo según la obra la Estela de la Victoria (triunfo sobre los Lullaby en Montes Zagros - Irán). El imperio siguió prosperando. Construyó Ekur, templo de Enlil en Nippur, pero luego lo derribó y se atribuyen malas fortunas a esto. Muchos despreciaban la arrogancia acadia y haber eliminado el título de rey de Kish, pues usaba rey de Akkad. Hubo así una revuelta en su contra pero prevaleció (por el amor que Ishtar le dispensaba, dicen textos). Si bien su hijo asumió, el imperio se debilitó y siguió un período de anarquía.

Lagash sacó provecho del declive del poder acadio en Sumer. Uruk resucita también y su rey Utu-hegal adoptó el nombre de Naram-Sin (rey de las cuatro partes del mundo), pero falleció por ahogamiento accidental en 2113 a.C.

En Ur, Ur-Nammu construyó el primer zigurat de muchos que se hicieron por él y por gobernantes posteriores. Sucedido por su hijo Shulgi, hubo edad de oro de la literatura, el más destacado Gilgamesh. Había un sistema formal de educación para conocer estos textos y repetirlos, por la importancia de la tradición, la realiza y que reconociera valores.

Esta sociedad descansaba sobre el trabajo de serviles, documentado por más de 35.000 registros administrativos. El éxito fue la meticulosa planificación. Sin embargo, problemas económicos surgieron. En la hacienda acadia había pocos fijos y muchos arrendatarios. En cambio en Ur, obreros mantenidos por el gobierno cultivaban sin respetar rotación de cultivos y a costos más altos, decreciendo la productividad. Había amenazas del norte: los hurritas, pueblo de Asiria (Irán noroccidental) y al oeste los amorreos amenazaban desde Siria. la poesía retrata un cuadro desalentador, de desorden y pestilencia. Luego empezaron las hambrunas: había comida pero el precio era elevado. Grandes equipos de obreros se rebelaron. Los elamitas aprovecharon en 2004 a.C. saquearon la capital. Los poetas narran el fin de Ur. 


LA ERA DE HAMMURABI

Tras la caída de la Tercera Dinastía, los amorreos se extendieron. Se acoplaron mediante imitación servil (simplemente mentir sobre antecedentes y colarse en historia de Ur o Acadia según fuera necesario); afirmación pragmática de costumbres y actitud comercial y hacer alarde de su pasado amorreo pero adscribiendo a un mito de orígenes ancestrales, reyes que moraban la tierra. Alianzas constantes y cambiantes y una dinámica actividad comercial.

Hammurabi (1792-1750 a.C.) es el arquetipo del monarca amorreo triunfador. Basado en Babilonia fundó un imperio. Hizo suntuosas restauraciones de centro de culto y convirtió a Babilonia en centro político, religioso y económico. El sistema de ciudades-estado fue absorbido hasta formar un estado territorial babilónico. La correspondencia revela atención e involucramiento en detalles en todo el imperio. Famoso por su Código Legal en una estela de basalto, con figura de rey con tocado sumerio y levantando mano como acadios, con la presencia de Shamash dios del sol y juez supremo. Hay pocos registros de la aplicación individual del Código pero muchos edictos que aliviaban cargas de empobrecidos. Hubo esclavitud adquirida o sobrevenida por deudas por altos intereses. Hay textos con recetas de cocina y el tema amoroso sexual está muy presente en literatura y cultura material.

De esta época es Epopeya de Gilgamesh, poemas compuestos en Tercera Dinastía se transformaron. 

El dominio amorreo tiene lugar tras la muerte de Hammurabi. Además de revueltas, el Éufrates cambió cauce (tal vez por acción humana) y hubo hambrunas. En Turquía se estaba formando el pueblo de los hititas. El último rey de Babilonia fue derrotado por Mursilis rey hitita. Pero no gobernó sino que cedió poder a los casitas, un nuevo pueblo que penetraba Irak por el noreste, que crearon nueva dinastía y reino.

sábado, 22 de marzo de 2025

Identidad Étnica y Poder Estatal

Bernardi, Cristina de. "Identidad Étnica y Poder Estatal en la Mesopotamia del III Milenio a.C. Problemas de reconstrucción histórica" en: Estudios de Asia y África, XXXVII, 2, 1998


EN LOS ÚLTIMOS AÑOS, el número de movimientos de reivindicación étnica y de guerras interétnicas se ha incrementado enormemente.

La perdurabilidad de las identidades étnicas y de sus reclamos obliga a pensar en la comprensión de las formas primarias de las identidades étnicas y de su patrón social relacional.

En los estudios acerca de la Mesopotamia del III milenio a.C. -periodo en el que los protagonistas principales fueron los grupos etnolingüísticos sumerio y acadio- se estudian para determinar si son conflictos políticos entre estados, o bien como episodios en que se vislumbren diversos momentos de las relaciones entre pueblos con diversas lenguas y culturas (etnias). En este artículo intentaré llevar a cabo una aproximación al problema del poder desde esta última perspectiva.

Parto de la certeza de que la conformación de una etnia no es inmutable sino que surge a partir de un conjunto de procesos sociales, económicos y políticos que, a su vez, generan diversas acciones de cohesión étnica y las etnias participan en un campo de interacción sumamente complejo, en el que la alteridad, la conciencia del otro, colabora en la propia autodefinición. Me interesa destacar el significado y la acción del poder estatal en la identidad étnica y las relaciones interétnicas

A pesar de la dificultad propone esta definición provisional de etnia: conglomerado humano, de dimensiones diversas, con una especial y propia relación con un territorio determinado, que reconocen una historia común que les provee particularidades relativamente estables de lengua y cultura; y que poseen autoconciencia de unidad y diferencia de otros conglomerados humanos, base del sentimiento de pertenencia e identidad étnica.



Tradicionalmente, el ideal de la historiografía documentalista había sido tomar el texto como información sobre el pasado, con el objetivo de reconstruirlo con la mayor verosimilitud posible. Esta posición se apoya en la ilusión de que es factible una descripción neutral de los hechos, sin interpretación (y por lo tanto sin contaminación). Pero la profunda renovación teórico-metodológica de las ciencias sociales en los últimos años ha llevado a que, desde distintas perspectivas teóricas, lingüísticas, literarias y también desde la misma historia, se haya revisado (y relativizado) la concepción puramente documentalista de la historiografía y se plantea la revalorización del documento como texto en sí.


Por el contrario, estos documentos deberían verse en sí mismos como objetos de análisis (...) (E)l problema no es llegar a saber si un hecho narrativo es 'verdadero', sino por qué ha sido asentado y por qué de ese modo particular y no de otro.” (  M. Liverani, "Ideologías políticas y léxico político en las cartas de El Amarna", en Berytus, vol. XXXI, 1982, p. 42


Analiza así el proceso de tránsito de los grupos étnicos sumerio y acadio a la configuración étnico-política; en otras palabras, se trata de analizar los vínculos entre la emergencia del poder estatal y las transformaciones de las identidades étnicas.

(Faltan páginas 318-320)

En los textos se lee quiénes se valoran como “los otros” por oposición a “nosotros”. El desplazamiento del concepto de enemigo al de extranjero es uno de los síntomas del proceso de construcción de la configuración étnico-política.

En el período Dinástico Temprano despunta la organización estatal con el proceso de urbanización centrado alrededor del templo. La ciudad completa así el concepto de fijación territorial iniciada en la pertenencia a la aldea sedentaria. 

Sargón extenderá su denominación a "Rey de las cuatro partes" o cuatro puntos cardinales y esto necesita un sustento ideológico legitimador de ese reclamo, que una vez más se buscará en el mundo divino.

Debemos suponer que, en la medida en que los registros e inscripciones son concebidos por la élite que pretende llevar a cabo ese proyecto, intencionalmente se hará hincapié en la cohesión interna y en su contraste con las etnias y países extranjeros.

Cabe rescatar el señalamiento hecho hace tiempo por Max Weber: "...la comunidad de lenguaje, y al lado de ella, la homogeneidad de la reglamentación ritual de la vida, condicionada por representaciones religiosas análogas, constituyen elementos activos extraordinariamente fuertes en la creación de un sentimiento de afinidad étnica..." 




lunes, 17 de marzo de 2025

Ahora más que nunca

Hunt, Lynn. “Ahora más que nunca”. En Historia, ¿por qué importa?, 9-37. Madrid: Alianza Editorial, 2019.


¿Cómo puede fundarse la certeza en la Historia? Hay falseamiento como la negación del Holocausto. El falseamiento descarado de la historia se ha hecho hoy más frecuente debido a la influencia de los medios sociales. Y, ante esta situación, insistir en la verdad histórica ha llegado a convertirse en un acto necesario de coraje cívico.

El popular historiador francés Jules Michelet fue destituido de su puesto de profesor por el gobierno de Luis Napoleón Bonaparte en 1851 porque los estudiantes solían salir de escuchar sus trepidantes lecciones gritando proclamas en contra del gobierno. En 1940, la revista Time informaba de que el autor de un popular libro de texto de historia, Harold Rugg, había sido acusado de ser un comunista que describía Estados Unidos como una tierra de desigualdad de oportunidades y conflicto social.

A mediados de agosto de 2017, la disputa pública a propósito del destino de una estatua del general confederado Robert E. Lee terminó en un estallido de violencia en Charlottesville, Virginia. Del mismo modo que hubo estudiantes de la Universidad de Yale que quisieron cambiar el nombre del Calhoun College por ser este el de un político que defendió la esclavitud. Tras la derrota de Hitler, los aliados ordenaron la destrucción inmediata de todos los símbolos nazis; tras la caída de la Unión Soviética, las multitudes derribaron monumentos a Lenin y a Stalin desde Ucrania a Etiopía; una estatua de bronce de Sadam Husein fue desmantelada en 2003 durante la invasión dirigida por Estados Unidos; en 2008 se retiró la última estatua del dictador Franco que quedaba en España, y, por retroceder más de dos siglos, algunos días después de la promulgación de la Declaración de Independencia en 177 6, los neoyorquinos derribaron una estatua ecuestre del rey Jorge III. 

Los líderes de la Revolución Francesa argumentaron que, en tanto que los símbolos del feudalismo y la monarquía podían ser destruidos con legitimidad, aquellos que llevasen inscripciones en latín o cualquier cosa compatible con el espíritu de la igualdad debían ser protegidos. De hecho, los revolucionarios ya habían establecido el primer museo nacional de arte del mundo en el palacio del Louvre en 1793 con obras confiscadas a la corona, a la iglesia y a los aristócratas que habían emigrado.  En suma, vandalismo y conservación pueden ir de la mano.

Los libros de texto de historia son revisados continuamente, pero ello no hace sino volverlos más polémicos. Los libros de texto hablaban de triunfos o tragedias nacionales, pero raras veces de los errores o las fechorías de un gobierno o un pueblo. La Guerra de Secesión y la esclavitud en Estados Unidos proporcionan ejemplos excelentes. Los manuales de historia estadounidenses anteriores a la Guerra de Secesión no defendían la esclavitud, sino que presentaban una nación en la que fuerzas antiesclavistas y proesclavistas podían coexistir. La Guerra de Secesión y la esclavitud en Estados Unidos proporcionan ejemplos excelentes. Los manuales de historia estadounidenses anteriores a la Guerra de Secesión no defendían la esclavitud, sino que presentaban una nación en la que fuerzas antiesclavistas y proesclavistas podían coexistir.

Los libros de texto llegan en una fase relativamente tardía del proceso de construcción de las memorias nacionales. Las huellas materiales de los acontecimientos del pasado primero han de ser reunidas y organizadas. Hasta que el dictador militar Francisco Franco murió en 1975, fue imposible investigar con rigor los asesinatos que se produjeron durante la guerra civil de 1936-1939, y mucho menos exhumar los cadáveres de los republicanos, calumniados como «rojos», que fueron ejecutados sin juicio y enterrados en fosas comunes.

Hasta que el dictador militar Francisco Franco murió en 1975, fue imposible investigar con rigor los asesinatos que se produjeron durante la guerra civil de 1936-1939, y mucho menos exhumar los cadáveres de los republicanos, calumniados como «rojos», que fueron ejecutados sin juicio y enterrados en fosas comunes. La recuperación de la historia ha sido importante en la práctica totalidad de los ejemplos de transición entre distintos regímenes.

El interés público por la historia no está creciendo, sino agigantándose. Técnicas están transformando tanto los museos de historia como la exhibición de lugares históricos. E incluso allí donde la virtualización de espacios no se ha empleado aún, los objetos materiales se exponen de maneras pensadas para asegurar al espectador tanto la autenticidad como la inmediatez de la experiencia. Por otra parte, los historiadores profesionales llevan mucho tiempo mostrándose críticos e incluso desdeñosos con las recreaciones históricas y las experiencias históricas virtuales, pues estas dan prioridad a la identificación empática del espectador con las gentes del pasado antes que al conocimiento más profundo de contextos y causas.


** Auge de Historia Pública (Wikipedia): La historia pública (o "historia aplicada") es un término utilizado para describir actividades orientadas a construir puentes entre el trabajo de los historiadores académicos y los intereses de diferentes tipos de audiencias públicas. Entre las actividades de preservación, interpretación y presentación del conocimiento histórico, en contextos de la esfera pública.1​ como los museos, las bibliotecas, la escuela y el espacio público, su principal objetivo ha sido relacionado con la democratización y difusión del conocimiento histórico,2​ es decir, con la ampliación de sus formas de acceso, uso y apropiación social2

La historia pública ha sido relacionada con ámbitos como los estudios sobre la memoria histórica, la divulgación patrimonial, la recreación histórica, la historia oral, la historia local, la historia popular, y la preservación de archivos. Quienes practican la historia pública se desempeñan como profesores, consultores históricos, profesionales en museos, bibliotecas y archivos, historiadores gubernamentales, archivistas, historiadores orales, gerentes de proyectos culturales, curadores, productores audiovisuales, intérpretes y mediadores históricos, conservadores, consultores de política pública, historiadores locales y activistas sociales y comunitarios.13​ En ese desarrollo práctico, se resalta el desarrollo colaborativo y mancomunado, entre miembros de la academia y la ciudadanía, de narrativas históricas


El público merece que los acontecimientos y procesos históricos se le presenten del modo más riguroso posible y, además, de una manera que consiga atraer su atención. La cuestión es saber encontrar el equilibrio entre rigor y habilidad. Lo que nos conduce al problema de la verdad histórica y de la mejor manera de determinarla.

 


domingo, 16 de marzo de 2025

Ponting, Clive. Historia verde del mundo. Madrid: Paidós, 1992. Capítulos 3 y 4 (pp. 39-104). CAPÍTULO 4.

Ponting, Clive. Historia verde del mundo. Madrid: Paidós, 1992. Capítulos 3 y 4 (pp. 39-104).

 CAPÍTULO 4

La primera gran transición

Durante unos dos millones de años los seres humanos vivieron de la recolección, la conducción de manadas y la caza. Después, en el espacio de unos cuantos miles de años surgió una forma de vida radicalmente distinta basada en una gran alteración de los ecosistemas naturales y orientada a la producción de cosechas y a la consecución de pasto para los animales. Este sistema más intensivo de producción alimentaria se desarrolló por separado en tres zonas nucleares del mundo —el suroeste de Asia, China y Centroamérica— y marcó la transición más importante de la historia humana.

Hace unos 10.000 años, antes de la aparición de la agricultura, la población del mundo era de aproximadamente cuatro millones de personas y aumentó muy lentamente hasta unos cinco millones hacia el año 5000 antes de J.C. Después, en el crucial período en que las sociedades sedentarias se desarrollaron a mayor escala a partir del 5000 antes de J.C., comenzó a duplicarse cada milenio hasta llegar a los 50 millones hacia el año 1000 antes de J.C., subiendo a 100 millones en los 500 años siguientes y a 200 millones hacia el año 200 después de J.C.

Los fenómenos combinados de la transición a la agricultura, el crecimiento de las sociedades sedentarias, la aparición de las ciudades y la especialización artesana y el ascenso de poderosas élites religiosas y políticas, se citan a menudo bajo el término «Revolución Neolítica», término equívoco pues fue muy extendido y no fue deliberado.

Esta larga transición se puede entender mejor abandonando toda idea de una distinción clara entre la recolección y la caza por una parte y la agricultura por otra. Tampoco hay una distinción clara, ni un alto grado de continuidad, entre las herramientas y los artefactos de los grupos dedicados a la recolección y la caza y las primeras comunidades agrícolas, particularmente en el suroeste de Asia (la zona donde tuvieron lugar los primeros avances hacia la agricultura). Tampoco la alfarería se circunscribe a las sociedades agrícolas.

Es difícil explicar por qué se adoptó la agricultura. La agricultura no es en modo alguno una opción más fácil que la recolección y la caza. Muchas de las primeras explicaciones dadas a la adopción de la agricultura se basaron en la opinión de que la agricultura ofrecía unas ventajas tan obvias que fue adoptada en cuanto el saber humano y los logros culturales habían alcanzado un nivel lo suficientemente avanzado. Otra teoría ha vinculado la adopción de la agricultura a los cambios climáticos que se produjeron al final de la última glaciación. La explicación que mejor se aviene al saber moderno se basa en el aumento de la presión demográfica. 

Los cambios a los que en la actualidad nos referimos como aparición de la agricultura, tuvieron lugar inicialmente en el suroeste de Asia, en China y en Centroamérica a lo largo de un período de varios miles de años. Las similitudes entre las tres áreas son tales que se puede identificar un proceso común, pero los resultados finales presentaron diferencias significativas.

De forma paralela al creciente cultivo y domesticación de las plantas silvestres, la relación entre los seres humanos y los animales también se estaba haciendo más intensa. Se puede rastrear la gradual transformación de la subsistencia humana, y como consecuencia de la sociedad humana, a través de la región del suroeste asiático a medida que se iban adoptando nuevas técnicas. No hay una ruptura limpia ni un cambio súbito de la recolección y la caza a la agricultura, sino una combinación progresiva de estrategias con una lenta transición hacia formas más intensivas de explotación durante un largo período de unos 3-500 años a partir del 10000 antes de J.C. 

Al final de esta larga transición se había producido un cambio fundamental: la subsistencia dependía ahora del cultivo de variedades cultivadas de plantas silvestres en campos especiales y del control de manadas de animales domesticados.

Cuando la producción alimentaria en algunas áreas fue suficiente para mantener a una población permanente mayor, aparecieron los primeros pueblos. Hacia el 6500 antes de J.C., en Jericó se había desarrollado un pequeño pueblo, rodeado por una muralla defensiva, que ocupaba casi cuatro hectáreas.

Ni Jericó ni Çatal Hüyük eran auténticas ciudades por cuanto carecían de una estratificación social significativa, y la expansión de ambas dependía de condiciones locales concretas: la muralla en Jericó y la explotación de depósitos de obsidiana, que se comercializaba en una amplia zona, en Çatal Hüyük. El desarrollo de auténticas ciudades no comenzó hasta pasados otros 1.500 años.

Hacia el 6000 antes de J.C. se había completado la primera fase de la transformación de la sociedad humana en el suroeste de Asia, y la vida sedentaria se estaba convirtiendo en norma. Una nueva forma de vida basada en el trigo y la cebada cultivados y en la conducción de rebaños de ovejas y cabras (y más tarde de vacuno) se difundió por Asia central y el valle del Nilo casi sin modificar, y después también pasó a Europa, donde se necesitaron difíciles adaptaciones.

La introducción de la agricultura en el centro y el noroeste de Europa duró unos tres milenios tras su adopción en Grecia, y este largo período da un indicador de las dificultades que acarreaba adaptar lo que originariamente eran cosechas y técnicas apropiadas para largos veranos calurosos a los diferentes ecosistemas y climas que se daban en la región. Hacia el 4000 antes de J.C., la agricultura era predominante en las zonas costeras que rodeaban todo el Mediterráneo, aunque no en una franja continua, y había llegado a los suelos fácilmente laborables de Europa central y a las zonas del Rin/Danubio y del Vístula/Dniester. Entre el 3000 y el 2000 antes de J.C. había sido adoptada en el noroeste de Europa y mil años después llegó a Dinamarca y al sur de Suecia. Más allá de esta zona los recolectores y cazadores continuaron con su antigua forma de vida. La avena y el centeno crecían originalmente como maleza en los primeros campos cultivados de cereales del suroeste de Asia, pero florecieron en el clima más frío y húmedo del noroeste europeo y se convirtieron en cosechas por sí solos.

En el sur de Europa y en Asia se domesticaron unas cuantas cosechas y animales más hacia el 6000 antes de J.C. En el Mediterráneo, los olivos, las viñas y las higueras ya se cultivaban hacia el 4000 antes de J.C.  El dromedario y el camello bactriano fueron domesticados entre el 2000 y el 1500 antes de J.C., pero el animal nuevo más importante que se introdujo fue el caballo, poco después del 3000 antes de J.C. El uso del caballo no sólo revolucionó la guerra en el Próximo Oriente cambiando el papel del carro y dando paso a la caballería, también permitió que se desarrollase toda una cultura nueva en las llanuras del Asia central. A partir de ese momento, durante miles de años la historia del Próximo Oriente, China, India y Europa habría de verse fuertemente influida por las sucesivas oleadas de jinetes nómadas como los hunos y los mongoles que descendieron sobre las sociedades sedentarias.

La segunda zona nuclear que contempló el desarrollo de la agricultura fue China. El panorama moderno de la agricultura china es la producción de arroz húmedo en arrozales. El trigo y la cebada no son autóctonas (necesitan algo de lluvia en invierno): el trigo no se introdujo hasta aproximadamente el 1300 antes de J.C., y la cebada un poco más tarde. Por el contrario, la agricultura se centraba en el mijo y el arroz cultivados.

Centroamérica (una zona que abarca los estados modernos de Guatemala, Belice, zonas de Honduras y San Salvador y, más importante, el sur y el este de México de 24 °N) fue la última de las tres zonas nucleares que desarrolló la agricultura. Algunos de los primeros especímenes de plantas pueden haber sido cultivados hacia el 7000 antes de J.C. El desarrollo de la agricultura a gran escala en Centroamérica se vio retrasado por dos factores. El primero fue la falta de animales apropiados para la domesticación. El aislamiento geográfico de las Américas supuso que al contrario que en Europa y Asia no hubiese ovejas, cabras ni vacuno. Y segundo, una baja productividad durante las primeras fases del desarrollo agrícola centroamericano hizo que durante mucho tiempo fuese más económico recolectar el alimento de las plantas silvestres que depender del maíz. La evolución de sociedades complejas en Centroamérica empezó 4.000 años después que en Europa y Asia. Así, cuando en el siglo xvi llegaron a las Américas los primeros europeos, encontraron una sociedad que era comparable en numerosos sentidos a las de Mesopotamia del 2000 antes de J.C.

El desarrollo de la agricultura en otras partes del mundo es mucho más difícil de rastrear, en parte porque se han realizado muchas menos investigaciones arqueológicas pero también debido al hecho de que los restos de plantas no están bien conservados en esos lugares y porque muchos de los restos de plantas presentan pocos cambios cuando se los cultiva.

Hacia el 2000 antes de J.C., todas las principales cosechas y animales que conforman los sistemas agrícolas contemporáneos del mundo ya habían sido domesticados. Sin embargo, durante miles de años hubo corrientes separadas de desarrollo agrícola como consecuencia de la falta de contacto entre Eurasia y las Américas, e incluso entre distintas partes de Europa y Asia. Después, en dos oleadas, los diversos sistemas independientes se agruparon. Desde el siglo vil de nuestra era los comerciantes islámicos llevaron muchos de los cultivos semitropicales del sureste de Asia al Próximo Oriente y al Mediterráneo. Mucho después, en el siglo xvi, los cultivos americanos fueron traídos a Europa (y posteriormente a Asia) y las plantas y animales europeos fueron llevados a las Américas y a Australasia.

La adopción de la agricultura fue el cambio más fundamental de la historia humana. No sólo provocó la aparición de las primeras sociedades sedentarias, también cambió radicalmente a la sociedad misma. El paso al cultivo de cosechas en campos y la práctica de conducir manadas y alimentar rebaños de animales abrió el camino a la consideración de los recursos utilizados y el alimento producido como «propiedad», y el enorme aumento del nivel de tiempo y esfuerzo empleado en comparación con la recolección y la caza fomentó esta tendencia.

En su sentido más amplio, la historia humana de los aproximadamente 8.000 años transcurridos desde la aparición de las sociedades agrícolas asentadas ha girado en torno a la adquisición y distribución de la producción excedentaria de alimentos y a los usos que se le han dado.

Hacia el 3000 antes de J.C. la zona del sur de Mesopotamia conocida con el nombre de Sumeria estaba dominada por ocho grandes ciudades. Dentro de estas ciudades se estaban produciendo grandes cambios sociales. Generar un excedente alimentario implica mucho más que simplemente cultivar un excedente por encima de las necesidades del cultivador. El excedente ha de ser transportado, almacenado y redistribuido, y esto precisa la existencia de instituciones capaces de organizar el proceso. El control del excedente implica también determinar quién posee y trabaja la tierra y quién tiene derecho a la comida.Quienes tenían la autoridad perseguían aumentar el control y obtener un mayor excedente y conseguir más poder mediante su capacidad para dirigir más recursos.

Dentro de las ciudades de Sumeria, hacia el 3000 antes de J.C., se habían desarrollado sociedades de clase fuertemente estratificadas: había esclavos en la base de la jerarquía, el grueso de la población estaba constituido por campesinos, y más arriba estaban los artesanos y después una elite administrativa, religiosa y militar. La creciente rivalidad entre las ciudades condujo a un mayor militarismo, a la construcción de fortificaciones y a la organización de milicias. En una fase posterior, hacia el 1800 antes de J.C., cuando el sur de Mesopotamia pasó a formar parte del Imperio Babilonio, había clases legalmente separadas de nobles, plebeyos y esclavos.

Los primeros pasos hacia la creación de sociedades jerárquicas estratificadas con un alto grado de control por parte del Estado se dieron en Mesopotamia desde alrededor del 5000 antes de J.C. Acontecimientos similares, pero independientes, tuvieron lugar en Egipto, muy poco después que en Mesopotamia, y más tarde se repitieron en el valle del Indo, en China, Centroamérica y Perú. 

Egipto se desarrolló por vías distintas a Mesopotamia. El medio ambiente más fácil y la menor intensidad de la irrigación hicieron que hubiese una presión menor sobre la tierra en comparación con Mesopotamia, y por tanto no surgieron ciudades demasiado estructuradas. Las dos grandes ciudades egipcias de Memphis y Karnak-Luxor eran en esencia mercados locales, centros de culto y residencia de funcionarios, y no ciudades tan populosas como Uruk (que tenía una población residente de casi 50.000 habitantes).

Sin embargo, sí que emergió una elite de sacerdotes, administradores, soldados y gobernantes, como en Mesopotamia, mediante la apropiación del excedente agrícola.

El valle del Indo fue colonizado por agricultores nómadas que casi con absoluta certeza se dirigían hacia el este desde el suroeste asiático, alrededor del 3500 antes de J.C., cultivando trigo y cebada en el clima relativamente seco de la zona y dependiendo de la oveja y la cabra domesticada así como de algún camélido. Al igual que en Egipto, el sistema de control del agua se producía básicamente a pequeña escala, pero la apropiación del excedente alimentario para alimentar a los no productores desembocó en la emergencia de una sociedad sumamente estratificada hacia el 2300 antes de J.C. La principal característica de la sociedad del valle del Indo era su uniformidad cultural en una zona muy extensa.

El desarrollo de este tipo de sociedades en China fue un proceso mucho más lento que en Mesopotamia, Egipto y el valle del Indo. Las razones exactas no están claras, pero pueden estar ligadas al lento desarrollo de los sistemas de riego.Al contrario que en Mesopotamia, los gobernantes seculares parecen haber dominado desde el comienzo de las comunidades sedentarias, aunque estaban sólidamente apoyados por la élite religiosa cuyas funciones contribuían a integrar la sociedad. El desarrollo en Japón de una sociedad con un alto grado de organización llegó extremadamente tarde en términos mundiales. Japón dependía parcialmente de los avances externos de China, pero la historia de sus cambios sociales demuestra claramente que los cambios en la producción alimentaria eran preliminares necesarios para la aparición de sociedades especializadas estratificadas.

En las Américas, el desarrollo histórico de este tipo de sociedad se vio enormemente influido por una serie de factores medioambientales. La dificultad, por razones genéticas, de producir variedades muy productivas de maíz en comparación con la relativa facilidad con que se podían cruzar el trigo y la cebada cultivados con otros tipos para mejorar la producción, hizo que en Centroamérica no apareciesen comunidades sedentarias hasta aproximadamente el 2000 antes de J.C.

A pesar de estos obstáculos, sí se desarrollaron sociedades jerárquicas sofisticadas que alcanzaron un progreso cultural significativo igual, y en algunas zonas superior, a los avances de sociedades similares de otras partes del mundo. De hecho los conocimientos astronómicos y los sistemas de calendarios de los mayas en los siglos VI a VIII después de J.C. eran probablemente los más avanzados del mundo. El imperio de Teotihuacán, que, en su momento cumbre, dominó toda Centroamérica, se derrumbó hacia el 700 después de J.C. Fue reemplazado, de forma muy parecida a la conquista de Sumeria por los acadianos, por el imperio militar de los toltecas radicado en Tula (también en el valle de México), y ellos a su vez fueron reemplazados por los aztecas, con capital en Tenochtitlán (actual Ciudad de México). Estas últimas sociedades dependían del mismo tipo de base agrícola, especialmente las chinampas, y estructuralmente, aparte de su mayor elemento militar, eran notoriamente similares a Teotihuacán y ejercían igualmente un fuerte control central.

Ninguno de los grandes logros humanos culturales e intelectuales habría sido posible sin el desarrollo de la agricultura y sin un excedente alimentario capaz de mantener por igual a artistas, constructores, arquitectos, sacerdotes, filósofos y científicos. La otra cara de la moneda es el desarrollo paralelo de una creciente coacción dentro de la sociedad y de la guerra. Los grandes edificios y monumentos de las sociedades antiguas sólo podían construirse utilizando ingentes cantidades de trabajo humano. La capacidad de movilizar una fuerza de trabajo de esta envergadura demuestra categóricamente el enorme poder y autoridad que detentaban las elites religiosas y seculares.

Hacia el año 3000 antes de J.C. en Mesopotamia y Egipto, unos cientos de años después en el valle del Indo, aproximadamente un milenio más tarde en China y otros dos milenios después en las Américas, se establecieron sociedades militaristas gobernadas por elites religiosas y políticas con poderes de control inmensos sobre sus poblaciones. A pesar de la aparición de tecnologías del metal más sofisticadas, en Eurasia no hubo ningún cambio fundamental en la forma humana de vida durante varios miles de años.