Pombo Gallego, Nuria. "Historiografía de la religión minoica" en: Gallaecia, 25, pp. 347-358.
HISTORIOGRAFÍA DE LA RELIGIÓN MINOICA
Dentro de los interrogantes pendientes de respuesta sobre esta civilización está la naturaleza de su religión, que a pesar de múltiples estudios y de su corta vida, suscita controversia, por carencias documentales del objeto de estudio y por teorías históricas o antropológicas inadecuadas así como la discusión sobre su propia definición y su relación con las religiones micénica y griega.
Hasta principios del siglo XX
Teorías del siglo anterior al descubrimiento, fueron aplicadas a priori a éste. Se partía de una teoría evolucionista en la que todas las culturas pasaban por fases más o menos universales y, observando sociedades primitivas actuales, a partir de eso se pretendía deducir costumbres antiguas. Es la herencia de Lewis Morgan (1877) con sus tres estadios de evolución (salvajismo, barbarie y civilización) que luego Engels ligó a cambios en los modos de producción. Johann J. Bachofen postulaba tres estadios de evolución cultural (hetairismo, ginecocracia y patriarcado), que al contrario de la de Morgan, pasó algo desapercibida. James G. Frazer (fin s. XIX) recopiló mitos, leyendas y rituales para explicar el origen de la cultura humana y de la religión: con un pensamiento religioso primitivo centrado en naturaleza encarnada y personificación de fuerzas de la naturaleza como femeninas o masculinas, equiparando ciclos naturaleza con el ciclo humano de la vida. Alcanzó gran fama, pero el creador del concepto de Madre Tierra fue Albrecht Dietrich. Igual cayó en el olvido. Postulaba que puede llegarse a las creencias más antiguas a partir de leyendas o ceremonias populares en las que sobrevive. Todo apuntaba a la existencia de una diosa madre, centrada en la mujer y la fertilidad.
Las primeras excavaciones fueron a inicio del siglo XIX y en 1871 Heinrich Schliemann excavó Hissarlik, que según Homero era los restos de Troya, así como Micenas, Tirinto y Orcómeno. Esto confirmó la necesidad de considerar el trabajo arqueológico como fuente de la Historia.
La primera mitad del s. XX: Arthur Evans
Los problemas políticos que terminan con la autonomía de la Isla de Creta frente al Imperio Turco, marcan el inicio de excavaciones sistemáticas. Evans desenterró los restos de una cultura desconocida hasta ese momento y enumeró sus principales características. Consideraba totalmente válida la reconstrucción histórica. incluso de la religión, a partir de restos arqueológicos (de todos modos la escritura era ilegible en ese momento).
Los restos eran objetos y lugares calificados como religiosos y la iconografía, pero en esa calificación de religioso lo hizo si el objeto estaba en lugares sagrados o que tuvieran funciones religiosas (lugares que eran religiosos por los objetos mismos). Hacía uso de la mitología griega y las leyendas como supervivencias de la religión minoica más antigua. Establece dos fases: una en la que las divinidades se representaban mediante objetos y otra en la que ya tenían forma humana. Concebía la religión como un doble monoteísmo, aunque más tarde aceptará a la Diosa Madre como diosa principal.
Evan consideraba la Isla de Creta como punto de origen de la civilización micénica de Grecia, con una religión minoica-micénica (o heládica, en la Grecia continental).
Segunda mitad del siglo XX: Michael Ventris
En 1952, Michael Ventris descubre que la escritura Lineal B es un dialecto del antiguo griego. El divorcio entre ambas culturas y religiones nace de las tablillas en las que se leían nombres de divinidades de la época histórica del panteón griego. Si estas tablillas eran de la última etapa del Bronce (s. XV a.C.), la cultura que se estaba reconstruyendo es la micénica, no la minoica. La religión minoica seguía su camino en la sombra.
Autores como Paul Faure sostenían la unidad religiosa y cultural de la zona egea a partir del s. XV a.C., por el hallazgo de tablillas consistentes en ambos lugares. Angelo Brelich más conservador decía que los textos eran administrativos y no sobre el culto a los dioses en sí o sus características.
Ahora se considerarán ambas religiones no solo diferentes sino antagónicas.
Jaqueta Hawkes postuló que la identidad griega era surgida del encuentro de la cultura minoica, pacífica y centrada en la mujer y la micénica, guerrera y patriarcal.
Hacia finales de los 60 se puso en duda la existencia misma de una Gran Diosa o Diosa Madre universal y ya hoy no es sostenido.
Últimos años
El centro ha sido de nuevo los aspectos arqueológicos, por la toma de conciencia de las limitaciones que los documentos traen consigo y la visión de la arqueología cognitiva (pretende conocer no solo el pensamiento de nuestros antepasados (el qué), sino el sistema cognitivo que con el paso del tiempo ha ido desarrollándose y componiendo las capacidades que conforman el entresijo del comportamiento humano (el cómo)), centrados en la identificación de los lugares de culto y los objetos ahí hallados. Busca hacer comparaciones con religiones de Egipto y Próximo Oriente.
Conclusión: parece que se ha vuelto al punto de partida con la vista en los restos, y aunque hay nuevos hallazgos, es en el análisis de los datos ya existentes donde encontramos nuevas vías de interpretación.