La tecnología actual acelera la modificación de hechos y la difusión de información falsa. La mejor herramienta es el tiempo: tomarse el tiempo para pensar.
Las teorías de la conspiración ofrecen explicaciones engañosas sobre eventos o situaciones, generalmente de forma intencionada. Pueden incluir hechos o información reales, pero que se presentan de forma distorsionada. Suelen referirse a un grupo o red poderosa que ha orquestado en secreto acciones para su propio beneficio o para influir negativamente en ellas.
Otras características comunes:
Rechazar las explicaciones tradicionales o convencionales de eventos o situaciones.
Afirmar ser silenciado por las versiones oficiales (es decir, gobiernos, instituciones internacionales).
Ignorar la evidencia científica que demuestra que sus teorías son erróneas.
Resaltar un detalle como la verdad absoluta de sus teorías o usar coincidencias, que carecen de explicación científica, como prueba para respaldar su punto de vista.
Usar títulos, imágenes, etc., escandalosos.
Quienes creen en ellas, son más vulnerables a sentimientos de ansiedad, temor, aislamiento y vulnerabilidad, así como perder la noción de veracidad.
¿Qué hacer?
Revisar antes de compartir
Autor: reputación, uso de fuentes verificables vs. falta de respaldo de organización y credenciales inexistentes o no vigentes.
Fuente: Replicado por medios con buena reputación, referencias científicas, revisión independiente vs. fuente no clara, compartida solo por proclamados expertos no verificada.
Tono o estilo: balanceado y varias versiones, explora complejidad, expone límites y tono es objetivo y basado en hechos vs. una versión, verdad única, más preguntas que respuestas, demonización, subjetivo, emocional.
Más ver si resuena con creencias.
¿Qué hacer con una persona que cree en esas teorías?
Fomenta el debate abierto y las preguntas.
Haz preguntas detalladas sobre su teoría para estimular la autorreflexión.
Recluta a antiguos teóricos de la conspiración de confianza que alguna vez creyeron lo mismo.
Sé cauteloso y utiliza diversas fuentes sobre el tema.
No ridiculices. Intenta comprender por qué creen lo que creen.
Muestra empatía. A menudo, la persona puede estar realmente asustada y angustiada.
Ve paso a paso. Céntrate en los hechos y la lógica en lugar de abarcar todos los detalles.
No presiones. Demasiada presión podría ser contraproducente. Dale tiempo para que procese la situación y vuelva a intentarlo.
Cómo dañan las teorías de la conspiración
Identifican a un enemigo y una conspiración secreta que amenaza la vida o las creencias de las personas y activan un mecanismo de defensa que puede alimentar la discriminación, justificar crímenes de odio y ser explotado por grupos extremistas violentos.
Propagan la desconfianza en las instituciones públicas, lo que puede conducir a la apatía política o la radicalización.
Propagan la desconfianza en la información científica y médica, lo que puede tener graves consecuencias.