martes, 27 de mayo de 2025

Ashoka: el gran soberano del imperio Maurya

Ma. Teresa Román López - "Ashoka: el gran soberano del imperio Maurya"


Durante los siglos VI a IV a.C., los aqueménidas consolidaron el Imperio Persa. Con la derrota de los persas ante los macedonios, quedó un vacío de poder, que fue aprovechado por el rey de Magadha, Chandragupta (Sandrokottos, Androkottos, según los historiadores griegos y latinos). En el 317 Eudemo hubo de evacuar el Pendjab llevando los últimos restos del deshecho ejército griego. Fue entonces cuando el victorioso Chandragupta, con ayuda de sus aliados y de la casta sacerdotal de los brahmanes, se apoderó del trono de Magadha; esto acaecería hacia el año 313 a. de C.

Es este un momento de una cierta rivalidad entre ios grupos heterodoxos (budismo, jainismo) (apoyados por comerciantes - varna) y el brahmanismo (con apoyo de los guerreros - varna), continuador de la tradición védica. Bindusára (conocido por los historiadores griegos por su epíteto Amitrokhates, correspondiente al sánscrito Amitragháta, «destructor de enemigos»), hijo de Chandragupta, amplió el Imperio Maurya mediante diversas conquistas que llevó a cabo al sur de los montes Vindya. Cuando Ashoka se convirtió en el tercer monarca del imperio Maurya, su primer plan fue la consolidación y extensión del imponente imperio que heredaba de su padre Bindusára y de su abuelo Chandragupta. Ashoka (268-239 a.C.) fue el tercer monarca de la dinastía Maurya. Hubo de sitiar Kalinga, reinos de la costa este y hay una roca en Shahbazgarhi que recuerda la matanza y atribuye su conversión al budismo al pesar que le dio esa tragedia y como forma de expiación. Grabó en piedra edictos llamando a la compasión: “Esta es la victoria que es considerada importante por el amado por los dioses: la victoria de la Ley Sagrada. (...) Con este fin este edicto de Ley Sagrada ha sido escrito para que si hay hijos o nietos míos, no piensen que hay que vencer una nueva victoria”.
La mayor parte de las inscripciones de Ashoka emplean el alfabeto bráhmí, pero en la zona de Taksakshila (al noroeste de la India) están grabados en escritura kharosthí derivada probablemente de la del arameo. Todavía más hacia el oeste, en Kandahar, los edictos están escritos en griego y arameo. Ashoka se arrepiente de sus guerras pasadas y se dedica a predicar el dharma, un orden basado en la tolerancia, la compasión y la solidaridad. Ashoka nunca intentó imponer la doctrina budista a sus subditos. Por el contrario, proclamaba en sus edictos la tolerancia y el respeto por todas las escuelas y tendencias religiosas. Al verdadero dharma no se llegaba por los dogmas o las reglas, sino por la meditación. Ashoka hizo cambiar la vida de la corte, sometiéndola al dharma. 

Entre los objetivos que perseguía Ashoka se encuentra: legitimar la innovadora autoridad de la casa real y proporcionar una base cultural más amplia para un sistema social más viable. La doctrina exhorta a todos los ciudadanos a cooperar en el ejercicio de virtudes útiles para la sociedad y la economía. Desaconseja la práctica de ceremoniales mágicos y sacrificiales arcaicos, socavando así las costumbres religiosas tradicionales que reforzaban solidaridades locales, fuente de disturbios políticos. Ashoka promovió la labor misionera budista, que rebasó las fronteras extendiéndose por otros países, sobre todo el sudeste asiático.

Poco después de la muerte del rey Ashoka, el bien organizado Imperio Maurya con su poderoso ejército, se vino abajo debido a múltiples presiones: el resurgimiento del poder de los brahmines, los conflictos políticos internos, la crisis económica y las invasiones bárbaras.